Apresuramos el paso hacia nuestro destino, el deseo de comer era inevitable, se presentaba el otoño en Londres y el clima se tornaba muy agradable, yo caminaba apreciando las casas de la Oxford St, fue mágico e inolvidable. George era un tipo raro, no lo conocía bien, así que seria grosero describirlo por ahora, pasamos por Rathbone PL, dirigí mi vista al horizonte, y me sentí feliz, aproximadamente a 50 metros de distancia se encontraba el restaurante, el Marquis of Granby, exprese mi entusiasmo:
- Hey George, ¿es ese el lugar? - Aparentando en si mi emoción, fingiendo no ser exaltado.
- Si, ese es.
- ¡Vaya! Viendo el lugar supongo que no es tan barato.
- No te preocupes, ya veremos.
Nos detuvimos por un momento enfrente del lugar, y nos sentamos en una de las mesas de afuera, situada a la vista de un rótulo que decía: "One Way".
Un mesero llego y nos dio un menú para cada uno, lo abrí con calma y sutileza, revise y esto fue lo que vi:
- PLATO NICHOLSON PARA COMPARTIR. £10.50
Fondue de queso brie, pan de ajo, salchichas gloucester, mini pollo frito sureño en filetes, aros de cebolla caseros, aceitunas marinadas, queso feta y salsa de crema agria.
- CERDO, PUDIN NEGRO, SALCHICHAS Y PURÉ. £9.45
Tres filetes de cerdo, pudin negro y salchichas de mostaza, se presentan en el cremoso puré de patatas, coronada con aros de cebolla caseros.
- SALCHICHAS Y PURÉ. £7.50
Salchichas gloucester con cremoso puré de patatas. Opción vegetariana disponible.
- POLLO, TOCINO Y QUESO BRIE. £11.00
Pechuga de pollo lleno de una mermelada dulce de cebolla, rematado con un brie y fondue de tocino, envuelto en panceta con un tomate y hierbas en salsa, servido con patatas crujientes y ensalada.
Luego de leer detalladamente algunas de las opciones que el menú me presento, dirigí la mirada hacia George, le dije:
- Hey, ¿tienes algo en mente o aun nada?
- Claro.
Tomo mi menú indicándome con su dedo la opción que escogió, un plato para dos personas. Le mire y con una rara expresión facial le indique una respuesta afirmativa.
- ¿Desean algo de tomar? - Pregunto el mesero.
- Por supuesto, que sean dos lager.
- En 20 minutos aproximadamente estará listo el plato, mientras tanto les traeré las bebidas.
El mesero dio la vuelta y en cuestión de segundos desapareció dentro de mi rango visual.
- ¿Que es lager? - Pregunte con mucha curiosidad a George.
- Ah, olvide decirte, pues... Cerveza. Tomas cerveza, ¿no?
- Pues no, pero de vez en cuando no esta mal hacerlo, ¿o si?
- Si existe en tu mente la moderación no hay de que preocuparse.
- Claro, entiendo.
En el fondo me sentía algo raro, pues era la primera vez que iba a tomar cerveza. Sin querer exprese mi disgusto y enseguida el se impuso:
- No tienes que hacerlo sino quieres.
- Riéndose fragilmente terminando con una sonrisa.
- Es que es la primera vez y...
El mesero apareció y sirviendo un par de vasos cerveceros, coloco con cuidado las bebidas. Quede viendo a George y le dije:
- Tomare un trago por ahora.
- Jaja, esta bien, sino te gusta no sigas, nadie te obliga.
- ¿Cuantos años tenes George?
- 21 y tu?
- 19, ¿vives aquí en Fitzrovia?
- Si.
- ¡Vaya! ¿Y estudias?
- Claro, soy estudiante de la Universidad de Westminster, actualmente termino mi maestría en economía aplicada.
- Oh, que bien, yo recién entré al Instituto de neurología.
- ¿Camden? ¿Donde vives?- Con unos primos en un apartamento pequeño situado en Pancras Rd, exactamente enfrente del Goldington Crescent Gardens.
- Bonito lugar, eh, mira, ahí viene el mesero con la comida.
- Que bien, a comer se ha dicho.
El mesero llego a nuestra mesa y enseguida nos sirvió, era un plato grande como para compartirlo los dos, es mas, creo que tres podríamos comer bien, me sentía de lo mejor, obviamente extrañaba mi patria, me sentía mal por no comer un buen plato de gallopinto, la comida de mi madre, la de mi abuela...
Al cese del gran plato, olvide todo, prácticamente todo, me sentía tan lleno que me olvide de que había acordado de estar en casa a las 6:30 pm, con insistencia me dirigí hacia George y le pregunte la hora, note que estaba pensativo y al instante no respondió, y le dije:
- ¡Hey!
- Disculpa, estaba pensando.
- Sino me dices no me doy cuenta - Exclamé con un tono sarcástico y gracioso.
- Jaja, lo siento, soy un tanto despistado, me has preguntado por la hora, ¿no?
- Si.
Saco de su bolsillo un teléfono y enseguida me dijo:
- 5:49 pm, ¿te vas?
- Si, acorde de estar en casa a las 6: 30 y no se cuanto tarde en llegar, iré en bus.
- Llegas como en 20 minutos, y si lo tomas ya, llegaras a tiempo.
- Claro, enseguida iré a la estación, ¿me acompañas?
- Si.
Llegamos a la estación, espere tres minutos a que el bus llegara, antes de despedirnos intercambiamos números, y acordamos reunirnos, subí al bus y enseguida me senté a la par de un asiento con vista a la ventana, pensaba y en mi mente me decía:
"Que bonito y buen día".