lunes, 6 de abril de 2015

El inconcluso (Capítulo 4-1)

¿Qué pasa conmigo? A veces ni yo mismo me conozco e identifico, ella, Jaycoeur, tan linda; creo que estoy en una situación muy triste de dependencia emocional, ¿Será ella un cuarto perdido de mi alegría o sus ojos espejos de lo que soy? No quiero encerrarme en teorías, ni buscar una decepción, no es justo que a veces lo que te causa alegría te cause mas depresión, así es, así sos, lo que no tengo pero que no quiero perder, lo que no entiendo y a duras penas logro comprender.

- Me parece raro que te hayas fijado en Jaycoeur.- Expresó con su casual sequía.
- ¿Por qué? Digo, es normal fijarse en alguien, que te gusté, y así...
- Bueno, ciertamente no podría negar tu idea, claro, porque no dices nada fuera de lo ordinario.
- Pero, aun no me has dicho que es lo "raro". - Le insistí con curiosidad
- ¿Sabes algo mi estimado amigo? A veces es divertido discrepar sin bases.
- ¡Ja! Olvidaré mi agnosticismo y le daré gracias a "dios" por entenderte.
- Esta bien. - Sonrió asintiendo concordar conmigo.

La casa de George era muy bonita, sencilla pero muy bonita, yo soy de esos que se detiene a contemplar cada detalle, sin importar los malos entendidos que esto a veces llega a prestar, ya sabes; que te digan curioso o peor aun, chismoso. Estaba entre triste y feliz, triste porque Jaycoeur se fue y feliz, pues... No todos los días salgo a conocer, lugares, personas, lo normal. La vida en Inglaterra es muy bonita, la gente, su clima, Camden es para mi un maravilloso lugar, nunca espere llegar tan lejos con 19 años a cargo, el reloj marcaba con incesante prisa las 7:30 pm, era raro, pues no había oscurecido aun, tan acostumbrado a que oscurezca a la 5 o 6 en Nicaragua, que aquí no me acostumbraba a que el sol se escondiera entre las 7 u 8 pm. Dejando al lado los detalles, me aleje de recordar a Jaycoeur, era algo difícil, ya que sentía como poco a poco recordaba su presencia, y sin temor al futuro me aferraba con firmeza a mis suposiciones de que podría estar con ella. Mi mente se consumía en imágenes, en ilusiones, pero estoy seguro de que podre seguir sin llenar mi escrito de miel y exceso de amor, mejor dicho "obsesión".