lunes, 23 de mayo de 2016

Inconcluso (Capítulo 6-4)

Me has hecho falta, pues, ya no es necesario decirlo, pero a veces quisiera decirtelo... Sin abrir la boca y con los ojos cerrados; cuando te siento a mi lado, soy un hombre que vive y lucha, y sin vos, pues, no soy débil, pero no me siento completo, quizá el futuro se apiade de mí. Quizá tus ojos se aferren a entender lo que los míos te quieren hacer saber y no te pueden decir, no es un adiós, no es nada, esto no es nada, solamente no quiero que te vayas nunca, nunca de mi vida, no te vayas por favor, me haces bien hasta cuando me queres hacer el mal.

 Katherine, las noches son cortas para mi lamento diario; no me des tu piel, dame tu mano, dame tus abrazos, dame esas miradas que brillan escondida en el verde oculto de tu esencia.

Vos, sos una gran persona, a parte de las emociones, me nace un aprecio grande. Me pareces una persona que en su intento de no querer verse grande, se ve gigante. Me fascina oírte hablar, porque en cada palabra inyectas una pizca de tus locuras, me gusta verte ilustrar porque veo a una persona que crea cosas fantásticas y geniales, a veces hasta siento celos, ya que me gustaría poder ilustrar; tal vez estés pensando que pienso así porque me gustas, pero antes de gustarme primero te aprecio, no como una mujer destacada en su belleza, sino como una persona. Si algún día llegamos a estar juntos, seré el hombre que mas te quiera y te veré como la única mujer que me detenga el corazón con tan solo poner su mano en mi pecho; no es lo que está solamente afuera, vos por dentro sos magia pura, magia que tus ojos a duras penas muestran. Sé que tenés miedos, inseguridades, y es normal, yo estoy dispuesto a ayudarte, pero sabemos bien una cosa. Vos no necesitas ayuda, vos sola sos fuerte, sos mas fuerte que todos tus miedos e inseguridades juntas. No te desanimes, no decaigas, el mundo ha sido cruel, pero vos sos luz que alumbra en el exceso de oscuridad. Creo en vos, y me gusta, vales demasiado! Para muchos, y para mí tambien, vales tanto que la palabra "demasiado" te queda chiquita. Te estoy amando Katherine, no te decepciones, creo en vos.


sábado, 7 de mayo de 2016

Inconcluso (Capítulo 6-3)

Conocí a Katherine, conocí a un gran pedazo de mi vida, la conocí mientras ella con su libertad me ataba, y yo, bajo el flagelo de sus ojos, cedí al sentimiento mas honesto y limpio que el alma y todas las ganas pueden dar. 

Muchas veces en Camden me preguntaban si realmente sentía, pues... No. 
Hoy en Provenza la felicidad es... Su sonrisa al terminar de decir algo tonto. La tolerancia es... Su carácter impulsivo. El misterio son... Las miradas que sus ojos daban, a veces tristes y vacías, otras, alegres y llenas de vida. La paz es... la influencia de su calor acariciándome la cara. La salud es... verla y apreciarla sin ningún morbo humano, amé su piel, pero amo mas su adentro que su afuera. Cuando se iba caminando, solo me tocaba aguantarme las ganas de no perseguirla, acercarme, abrazarle fuerte y decirle en un frágil y eterno momento. "Te estoy amando".

 Yo recibía una clase con ella los lunes, miércoles y viernes;  los jueves y los martes no eran tan emocionantes. Ella realmente me da la emoción con tan solo compartir un pedazo de su sonrisa, que, para mí, es una pizca de infinito.
No hay mejor perfección que esos ojos, a veces verdes, a veces de otro color, y creo que a veces míos. (Eso me gusta creer, aunque no sea así).

Inconcluso (Capítulo 6-2)

- 25 de febrero del 2016

A fin de cuentas, no hay mejor historia que aquella que narra los hechos de la manera mas dramática posible. La familia es un grupo de personas que cuando realmente se entrelazan, son capaces de apoyar de la mejor manera posible. Por desgracia, no todos cuentan con una familia, así como vos, de seguro vivís con tus padres actualmente; no te culpo, si lees esto, pues, yo tenía 19 años y aún vivía con mis padres, solo que ellos no vivieron con un hijo. Creo que no merezco ser llamado hijo, he sido bueno dentro de mis limitantes, pero he sido aún mas malo. De hecho, no digo que merecen el titulo de buenos padres; me parece que es justo brindarles el mérito de que intentaron ser lo que de verdad no podían.
 Soy un miserable con una felicidad verdadera, donde las acciones nacen de un buen corazón, y las culpas mueren en una total indiferencia. El mundo está ligado por el poder de la cantidad; pensando a fondo la idea de que la muerte toca en el preciso tiempo, no refuto a la posibilidad de que morir es apenas el comienzo de lo que sospechamos y por tanteo llamamos "vida". 

Estoy bien. Vivo el presente. ¿Estoy bien?

Ha pasado mucho tiempo, y... Me aburrí de vivir en la misma ciudad, ver a la misma gente, las mismas edificaciones y decidí que lo mejor era irme.
El año pasado llegué a Francia. Me instalé en un pueblito pintoresco con una apariencia sencillamente increíble, en donde un río atravesaba con elegancia geográfica el pequeño gran pueblo. Lleno de cafés y restaurantes excéntricos; L'isle sur la Sorgue es arte nacido del tiempo, de paisajes donde solamente los ojos comprenden la muda belleza de la naturaleza, donde las palabras dejan de existir, por exceso de emociones exóticas que inundan de misterio la vida misma.

Ha sido uno de los mejores viajes que he tenido, de hecho, volveré a Francia. 

Pasé tres meses desempleado, viviendo con un primo y su novia. Él es mi confidente, guarda con precisión las historias y los hechos que realmente me es útil recordar; mas que un primo, mas que un simple familiar, era un peón de clase alta que de cruel forma lo traté. A veces mi piel era tentada e inducida a la espontaneidad del placer fisiológico que inconscientemente el cuerpo demanda; me acosté ciertas veces con su novia, que a su vez era mi amante. No relato esto con el fin de sentirme bien, lo recuerdo porque es justo ser juzgado y afrontar las consecuencias de los actos; él se dió cuenta y pues... Terminé en la calle, como mendigo, como un...  ¿Miserable?

He aquí, justo en la soledad, donde la única y fiel compañera es la desgracia. La desgracia tiene su gracia; no hay necesidad de sentirse menos por la escasez, ya no interesa si la vida me quita o me da, vivo por vivir. 

Logré conseguir un puesto como barrendero de un pequeño hotel, "les Névons", sino mal recuerdo. La calle es ruda cuando no le pagas. A veces la belleza parecía hostilidad muy bien maquillada, daba miedo pensar en el paisaje... Qué tan hermosa es la tierra que los hombres matan sin piedad por defenderla. Con el tiempo logré salir adelante, y comencé a estudiar artes en la School Des Beaux-Arts cerca de la Grand Rue.