- Julio 13 del 2012
Era la madrugada de un viernes 13, aparentemente no era bueno, bueno, un viernes de mala suerte supongo; me había quedado en el restaurante de Michael por motivos tontos, quería estar con mi madre, pero bien dicen que cuando la diversión esta ahí, no dudas en divertirte.
El reloj marcaba una agobiante hora, 2:30 am sino mal recuerdo... Tomé un lápiz y una hoja:
Hoy procesé mucha información; el tamaño de mi capacidad cerebral se ampliaba a medida que escuchaba para aprender, tal vez en el momento de poner en práctica lo aprendido no se notase tanto, es más ¿Sería bueno exaltar eso? - Pienso que no, a vos te tiene que dar igual, creo.
Estoy recordando varios momentos, memorias claramente del pasado, ocurrencias diarias, experiencias propias y exigidas. Hago esto con el fin de trabajar sin fracasar; estoy pensando en explorar y estoy evitando llegar al arrepentimiento; veo a mi alrededor, escucho música a muy altos decibeles de sonido, me emociona, y mas cuando son mis gustos, susurrando y gritándome; las personas que están a una muy cerca distancia mía se notan felices, pero... De pronto se agobian, bajan la intensidad de sus sonrisas muy bien puestas en sus caras; después de cantos y abrazos, un individuo ¡Uno solo! Se manifiesta molesto, expresando sin pelos en la lengua su disgusto ante su compañero laboral y su propio jefe.
Oigo los gritos potentes del mayor, enojado ante tal escena bochornosa; exaltando su mandato, autoridad y poder. La fraternidad laboral se esfumo; de una noche agradable se volvió a pesada, lástima para los que gozaban... ¡Suerte para mí! No todos los días se viven estas experiencias locas y alguien como yo, las escribe mientras vive tal momento, escuchando y viendo como las personas cuchichean.
- ¡Momento!- Exaltó el jefe, padre de Michael.
- Señor, pero es que usted no me entien...
- Dije, ¡Momento! A mi oficina por favor.
Bajo el volumen de la pesada discusión entre los 2 compañeros laborales y el jefe ¿El líder ha logrado ya resolver el problema? Es raro, la tormenta, aparentemente cesó. Se que Michael ni su familia son parientes míos, pero en el fondo es agradable pasar el tiempo y experimentar situaciones incómodas con ellos, sé que no es sana su forma diaria del vivir; de vez en cuando no esta mal estar con ellos, gracias a ello pude ejercitar mi mente, no de la manera esperada, pero algo es algo, no menosprecio, al menos trato de no hacerlo frecuente.
Escribo para no morir, no quiero que mi mente se ensucie, tanto como para llegar a un punto el cual no pueda lograr ni aumentar mi capacidad analítica, que, hasta ahora me doy cuenta, que me falta mucho por aprender y por vivir.