miércoles, 9 de enero de 2019

Brújula (Tristeza)

- 03 de agosto de 2015

Ernesto sabe muy bien que a mi no me parece la manera en cómo procede con ciertos temas y situaciones, resulta que hoy es el cumpleaños de Eduardo y piensa que lo mejor es ir a embriagarnos, y es obvio que no es una buena idea; Eduardo ha estado distante y algo distraído, su semblante lo vende, es como si estuviera inmerso en   un mundo que no quiere aceptar. ¿Será eso acaso depresión o es nada más que tristeza? Y es que es complejo abordar el tema, todos sabemos el porqué anda así, pero tocar el tema es difícil por muchas razones; la primera razón vendría siendo la separación con Verónica, y es que me acuerdo que esos dos se querían de una manera que no era nada casual, siempre me pregunté cómo podían estar juntos, las veces que tuve el chance de conversar con Verónica, ella me había contado sobre muchos problemas que tenía con Eduardo, la constante inseguridad, sus peticiones (que a mi me parecían muy tontas) de terminar con él; y es que me parecían tontas porque ambos en sus diferencias salían adelante, y eso era lo más bonito de ambos, quebraban el estereotipo de aquel pensamiento que dice: "El agua y el aceite nunca van". Entonces me quedé pensando sobre ello y decidí hacer un pequeño experimento, tome agua y aceite, un poco de cada uno, lo vertí en un recipiente y el resultado fue bastante bonito a mi parecer, me quedé pensando unos cuantos segundos y concluí, de que si bien ambas sustancias no se mezclan, su combinación tampoco es desagradable; burbujas brillantes de color ámbar que se miraban bastante bien, entonces pensé que si Verónica fuese agua, y Eduardo aceite, ellos estarían bien... Vaya, me quedé demasiado tiempo pensando sobre ello; he entendido la posición de ambos, y de golpe cualquier persona le daría la razón a Verónica y asimilaría que la separación fue lo correcto, y hasta ese punto, también estoy de acuerdo, pero luego, ambos empezaron a comportarse raro, por una parte Eduardo se mostró apático por razones claras (según él), y ella por una parte le dolió ese proceder, entonces pensé que no estaban haciendo lo correcto, al cabo de tres meses ella optó por mostrar una actitud indiferente y él por intentar regresar. No conozco bien la historia, pero me parece que las  cosas no acaban ahí.

En fin, ¿Se supone que debería seguirle la corriente a Ernesto, o pensar en una mejor idea? Eduardo no ha superado a Verónica, se la pasa ensimismado, no se comunica, y todo parece apuntar a que tiene depresión. Verlo me da tristeza, intentar alegrarlo parece una tarea complicada, si  tan solo pudiera convencer a Verónica de que se reunieran, y es que con imaginarlo me da tristeza porque ella me va decir que no. Todo apunta a que vamos a terminar embriagandonos, claro, si es que Eduardo acepta. Me pregunto dónde estará Benavides, me encantaría verla, desde que se fue a Londres no he sabido mucho, ¿Será que venga pronto? 

- Nelson, entonces, ¿Vamos de una al bar a las 8?
- Pues para ser honesto no ando ganas y tampoco quisiera embriagarme.
- Puta, ¿Y es que vos tambien andas como Eduardo? - Pregunta Ernesto con tono desanimado.
- No es eso, es que no le veo la gracia de ir a tomar, bien podríamos comprar un pastel para Eduardo, tomar un poco de gaseosa, mirar una película, no sé, disfrutar en sano es una buena idea también. 
- Ernesto suspira. - Pues, no sé, suena aburrido.
- Todo lo que sea destrucción para vos es entretenido. Tenemos más de 24 años y aún seguís pensando como si tuviéramos 18, estoy cansado de tus salidas, son estúpidas y no ayudan a sentirnos mejor.
- ¿Para qué sentirse mejor si todo siempre está mal? Vamos a fumarnos este porro que hice mejor, relajate, no te alterés. 
- No hay caso con vos la verdad. Me voy.
- ¿Estás seguro?

Me fumé el porro con Ernesto y nos fuimos a buscar a Eduardo, en la entrada de su cuarto, había una nota que decía:

"Muchachos, me fuí a buscar un poco de satisfacción personal, podría ser felicidad, y la verdad es que quisiera sentirme en mis cabales para decir sin miedo y sin dudar que estoy apto para seguir perdiéndome en los vicios, pero he reflexionado lo suficiente como para decir no a todo aquello que a ustedes les gusta, no los culpo, cada quien vive a su manera y disfruta de lo que quiera, y es que ya no disfruto más de perderme, tengo muchas ganas de encontrarme. Espero que me entiendan; no vamos a dejar de ser amigos, pero no cuenten más conmigo para salidas y fiestas locas, espero que respeten mi decisión, los veré pronto, al menos eso espero."

- Te dije que no era buena idea irnos a tomar. - Expresé con disgusto.
- Ya sé que me lo dijiste, pero, ¿Qué más da? Si al final ni siquiera estaba en su cuarto.
- Pudimos haber previsto esto, pero bueno, ¿Sabés algo? A veces pienso que falta Benavides para entendernos mejor. - Afirma Nelson con tono neutral.
- Sé más honesto... Te falta Benavides para no sentirte una mierda. - Exclamó Ernesto molesto.
- Quizá... Al menos yo reconozco las cosas y no me escondo en el alcohol.
- Cierto, pero al menos yo no me escondo en la ex novia de mi amigo. Me la cogí tantas veces y fue siempre placentero, algo que vos solo en sueño has podido.

¡Pum! Un puñetazo en la cara, sangre en gotas y una amistad destruida, ¿Ego destruido? Humillación, apatía, y tristeza. Es un ciclo que tiende a repetirse más de lo que se tolera.










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